Buscando una compañera - LIBRE -

Había ido hasta aquel lugar tan solo para despejarme un poco. Aquellos exámenes a todas horas me agobiaban: encantamientos, Defensa contra las artes oscuras... mi cabeza no daba para tanto.
La verdad es que la idea de comprarme una pequeña lechuza siempre me habia estado rondando la cabeza. Papá siempre me había hablado de lo mucho que había querido a su lechuza Hedwig y el tío Ron contaba historias graciosísimas sobre Pidgeon así que yo también quería una. Al fin y al cabo era una pequeña compañera.
Hogwarts era más díficil cuando encima eras famosa por ser la hija del niño que sobrevivió. Papá era muy famoso en el mundo mágico y mis tíos Ron y Hermione también...Rose y Hugo seguro que les pasaba lo mismo, al igual que a mis hermanos...
Suspiré y recorrí la tienda con la mirada. Mis ojos se posaron en una pequeña lechuza de color oscuro con grandes ojos amarillos. Me acerqué y le acaricié el plumaje.

- Hola pequeña...-dije sonriendo.

Que raro era salir de compras con la familia. Sabiendo lo numero sa que esta era y el rencor que habia entre los jovenes, a quienes no le interesaba el amor de sus padres. La gente siempre nos veia raro, como si fueramos algo de otro mundo. Mientras realizabamos las comprar para el nuevo año de la pequeña Meda, decidi que Agatha, mi lechuza necesitaba nuevas cosas y sobre todo comida.
Entre en el Emporio de la lechuza cuando pasamos por alli, pidiendo permiso a mi madre. El lugar era amplio y estaba lleno de animales, que recordaban aquella vez que yo habia comprado a Agatha. Sin darme cuenta me choque con una chica que estaba alli y me incline un poco.

-Mis disculpas.- dije otorgandole una dulce sonrisita a la pelirroja que estaba frente a mi, se me hacia familiar, talvez del colegio pero mi memoria siempre habia sido totalmente mala. Segui con la sonrisa queria que aceptara mis disculpas.

Estaba distraída jugando con aquella pequeña lechuza que no me di cuenta de que alguen me estaba habalando. Había notado un pequeño empujón, pero epnsé que no me diría nada, al fin y al cabo la gente pasaba un poco de los demás.
Cuando me di cuenta que no era así avlcé mi mirada para ver de quien provenía aquella voz. Ella parecia no acordarse de mi, pero yo sabía perfectamente quien era ella. Era una de las hijas gemelas de Malfoy y Luna. Pese a que Luna era mi madrina, en casa la noticia de su nueva boda no habia hecho ninguna gracia.

- No pasa nada Malfoy.- dije ya que no sabía cual de las dos gemelas era.

Sabía que al final sabría quien era yo, al fin y al cabo, era la única hija de Harry Potter. Malfoy y mi padre nunca se habían llevado bien y no creía que nunca fueran a hacerlo